El fin de los clanes en Escocia se dio como consecuencia de una serie de acontecimientos históricos que comenzaron con la derrota jacobita en la batalla de Culloden. La victoria gubernamental supuso un duro revés en la Escocia católica del siglo XVIII y que se vio acrecentado por acontecimientos posteriores que desencadenaron en las “Highland Clearances” (o desalojo de las Tierras Altas)
Revolución Industrial
El Acta de la Unión de 1707 había unido Inglaterra, Gales y Escocia a dando lugar al nuevo Reino Unido (aunque de facto, sus coronas ya se habían fusionado previamente en 1603). Desde ese mismo momento, el nuevo parlamento se fijó en Westminster, donde se iban a tomar las decisiones importantes relativas al nuevo país.
A mediados del siglo XVIII se producen una serie de cambios (además del acontecimiento en Culloden) que van a desembocar en rápidos avances en el sector secundario de la economía británica, especialmente en la industria. Este cambio en el modelo va a afectar a los clanes de Escocia de manera irreversible.
De jefes de clan a terratenientes
Los jefes de clan, hasta ese momento habitaban en sus territorios cuidando de sus gentes y procurándoles protección. Debido a que el nuevo parlamento se ubicó en Londres, muchos de ellos tuvieron que emigrar al lugar donde se tomarían las decisiones importantes sobre sus tierras y sobre sus gentes.
Con el paso del tiempo, la conexión que existía entre el líder de cada clan y sus vasallos se fue diluyendo hasta el punto de convertirse en meros terratenientes que cobraban alquileres sobre sus dominios para pagar tributos a la Corona. Pronto descubrirían que un cambio en el modelo de explotación de sus territorios podría reportarles muchos más beneficios.
El negocio de la lana
Las Tierras Altas de Escocia disponen de amplios prados verdes para ser explotados y el sector textil demanda materias primas. Desde Londres, muchos terratenientes deciden sustituir a la gente que un día juraron proteger por ganado ovino para su explotación. Fue mucho más rentable expulsar a miles de escoceses y virar a un modelo de negocio que les iba a hacer mucho más ricos. Comienzan a adquirir ovejas Cheviot, productoras naturales de la mejor lana y la mejor carne, capaces de soportar los duros inviernos escoceses y así dan comienzo a las Highland Clearances con la intención de expulsar a la gente de sus tierras.
La extinción de los clanes en Escocia
El fin de los clanes era ya por entonces una realidad. Las familias se vieron forzadas a emigrar, bien extinguiendo sus contratos de alquiler, bien por la fuerza bruta. Muchas de estas familias buscaron los nuevos trabajos industriales que brindaban ciudades como Edimburgo o Glasgow. Otras tuvieron que buscar fortuna más allá de las costas para evitar represalias.
Durante principios del siglo XIX estas familias buscaron fortuna en Las Américas, Australia, Nueva Zelanda y en muchos otros lugares donde a día de hoy siguen teniendo descendientes que saben que sus orígenes están en Escocia.
El fin de los clanes fue un proceso tan lento como inexorable. Duró décadas y dio como resultado territorios vacíos, casas incendiadas, familias rotas…
Paisajes de ensueño deshabitados donde las ovejas y las cabras campan a sus anchas por los valles durante el día y la noche. A la intemperie. Multiplicándose y produciendo lana.
La forma de vida y las costumbres de los exiliados se expandió por todo el mundo, ya que estas personas llevaron sus tradiciones a todos los rincones del planeta donde emigraron.
El episodio de hoy va dedicado a ellos. A los que marcharon y nunca más regresaron.
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